sábado, 22 de agosto de 2015

Cabo Norte X: Día 8 Cabo Norte - Sorkjosen

DÍA 8:
8 de Julio 2010.  NORDKAPP - SORJOSEN

Datos del día
  •  Km. totales:435
  • Tiempo invertido: 9 horas
  • Coste carburante: 20 litros 274 kr.
  • Coste HOTEL: 600 kr
  • Cena + varios: 525 kr
  • Peajes: 140 kr
Nos levantamos a las siete de la mañana por culpa de la continua luz y el ansia de volver al promontorio de Nordkapp para hacernos una foto de despedida. A las siete y media estábamos desayunando bastante bien en el hotel que nos habíamos quedado. Bollitos de pan caliente, mantequilla y fiambre amenizan los preparativos de la ruta. 
Junto a los aspectos "carnales", también conocimos al que bautizamos como "the northest most friend". Un tipo curioso, alemán, que había llegado hasta allí ¡Andando!. Ahí es na!!!!

A las 8:30 teníamos preparadas las motos y salimos hacia el promontorio de nuevo. Tras una foto "vespertina" a eso de las 10:30 de la mañana aparecen por el horizonte un grupo de dos Goldwing, una de ellas con sidecar, de unos compañeros de viaje que encontramos en una gasolinera de Finlandia.
Viajaban una pareja, su hijo acompañado de sus "chicas". Esto es, su mujer y su hija pequeña ¡Que iban en sidecar! Su aventura comenzó en gerona y coincidimos comiendo un perrito a unos dos o tres días de Cabo Norte. Enhorabuena por la proeza. 
A eso de las 11:00 salimos, siguiendo la E-69 primero y luego la E-6, hacia Sorkjosen, en la costa noruega.El camino es un sinfín de curvas acompañadas con la más eshuberante naturaleza. Montañas, glaciares, lagos, fiordos, renos... junto con unas "tiendas" de cultura autóctona de lo más peculiar.
 


Tras unos 250 km. de curvas, a eso de las 14:00) paramos en el centro de reunión social de esta zona del mundo, una gasolinera. Perrito y de nuevo a curvear hasta que a las 17:30, y ya chispeando, nos buscan un hotel cerca de Sorkjosen. Tras 435 km de curvas y tiempo algo desapacible ocupamos la habitación y la redecoramos en cinco minutos. Eran las siete de la tarde aproximadamente. Atamos las motos con un tiempo ya de perros y nos fiumos a comer una pizza de reno. El pueblo sólo tenía dos bares y a eso de las nueve pareces un extraterrestre pidiendo algo en un bar. A las diez estábamos en la cama despues de un día de bonitas vistas en una excelentes carreteras. Sólo tienes que acostumbrarte al zumbido que producen las ruedas sobre un asfalto tan rugoso, a tramos con grandes fragmentos de grava.


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