sábado, 22 de agosto de 2015

Cabo Norte X: Día 8 Cabo Norte - Sorkjosen

DÍA 8:
8 de Julio 2010.  NORDKAPP - SORJOSEN

Datos del día
  •  Km. totales:435
  • Tiempo invertido: 9 horas
  • Coste carburante: 20 litros 274 kr.
  • Coste HOTEL: 600 kr
  • Cena + varios: 525 kr
  • Peajes: 140 kr
Nos levantamos a las siete de la mañana por culpa de la continua luz y el ansia de volver al promontorio de Nordkapp para hacernos una foto de despedida. A las siete y media estábamos desayunando bastante bien en el hotel que nos habíamos quedado. Bollitos de pan caliente, mantequilla y fiambre amenizan los preparativos de la ruta. 
Junto a los aspectos "carnales", también conocimos al que bautizamos como "the northest most friend". Un tipo curioso, alemán, que había llegado hasta allí ¡Andando!. Ahí es na!!!!

A las 8:30 teníamos preparadas las motos y salimos hacia el promontorio de nuevo. Tras una foto "vespertina" a eso de las 10:30 de la mañana aparecen por el horizonte un grupo de dos Goldwing, una de ellas con sidecar, de unos compañeros de viaje que encontramos en una gasolinera de Finlandia.
Viajaban una pareja, su hijo acompañado de sus "chicas". Esto es, su mujer y su hija pequeña ¡Que iban en sidecar! Su aventura comenzó en gerona y coincidimos comiendo un perrito a unos dos o tres días de Cabo Norte. Enhorabuena por la proeza. 
A eso de las 11:00 salimos, siguiendo la E-69 primero y luego la E-6, hacia Sorkjosen, en la costa noruega.El camino es un sinfín de curvas acompañadas con la más eshuberante naturaleza. Montañas, glaciares, lagos, fiordos, renos... junto con unas "tiendas" de cultura autóctona de lo más peculiar.
 


Tras unos 250 km. de curvas, a eso de las 14:00) paramos en el centro de reunión social de esta zona del mundo, una gasolinera. Perrito y de nuevo a curvear hasta que a las 17:30, y ya chispeando, nos buscan un hotel cerca de Sorkjosen. Tras 435 km de curvas y tiempo algo desapacible ocupamos la habitación y la redecoramos en cinco minutos. Eran las siete de la tarde aproximadamente. Atamos las motos con un tiempo ya de perros y nos fiumos a comer una pizza de reno. El pueblo sólo tenía dos bares y a eso de las nueve pareces un extraterrestre pidiendo algo en un bar. A las diez estábamos en la cama despues de un día de bonitas vistas en una excelentes carreteras. Sólo tienes que acostumbrarte al zumbido que producen las ruedas sobre un asfalto tan rugoso, a tramos con grandes fragmentos de grava.


jueves, 7 de junio de 2012

Cabo Norte IX. Dia 7. Rovaniemi - Nordkapp


DÍA 7:
7 de Julio 2010. ROVANIEMI - NORDKAPP

Datos del día
  •  Km. totales: 765
  • Tiempo invertido: 10 horas
  •  Coste carburante: 62 €
  •  Coste HOTEL: 550 KR. 75 €
  •  Peajes (Nordkapp) 470 kr
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Nos levantamos a las 6:00 con el día grisáceo y lluvioso. Tras el desayuno y recogida de trastos, nos ponemos guantes de agua y miramos hacia arriba para que no llueva más que las pocas gotas que caen. Enfilamos la E-4, y a un ritmo mantenido de 120- 130 rápidamente comienzan a caer los kilómetros. Curiosamente, no nos cruzamos con nadie que vaya hacia Cabo Norte, poco tráfico, casi ninguna moto y el día estaba tal que así.



Parece mentira que esta foto esté tomada a las 10 de la mañana, más bien parecen las 8 o 9 de la noche. El tiempo y la luz nos tienen como una regadera. A eso de las 11:00 paramos a tomar café en uno de los típicos “bares de carretera” noruegos. Son muy curiosos y muy coloridos y, como el entorno comercial ofrece más bien poco, en estos “bares” te venden casi de todo.



 Tras cruzar alguna población de nombre impronunciable, más parecido a los muebles de Ikea que otra cosa, y echarnos alguna foto de recuerdo en los radares que hay en casi todos los pueblos – colocados de frente – nos encontramos los primeros renos. Pensábamos que no los veríamos porque estamos ya a unos 400 km. de Cabo Norte y no habían aparecido hasta ahora. 




La verdad es que salen a la carretera como si nada, algo parecido a ovejas en carreteras secundarias o vacas en carreteras de montaña. No crean más peligro que otros animales aunque, una vez cerca, te percatas de que son bastante grandes.
Nos vamos acercando a la frontera con Noruega y las carreteras van empeorando cada vez un poco más. No llegan a ser malas del todo pero bastante estrechas, el día no acompañaba porque hacía niebla y lloviznaba. No obstante, la carretera se va alargando más y más hasta que a unos 345 km. de Cabo Norte puede verse escrita la primera indicación hacia allí. En este momento abandonamos la E-4 para coger la recta más larga por la que hemos conducido.


 
Así comienza la carretera 92  y durante 90 km. lo único que se ve es esto: vegetación de monte bajo, carretera angosta y recta…. De esta forma llegamos a la Frontera Noruega. Muy triste porque está en medio de un puente y no hay casi nada, ni banderas ni carteles grandes… pero nosotros nos echamos nuestra foto de rigor.




 
¡Ya estamos cerca! Nada más cruzar la frontera notamos el cambio de asfalto: más rugoso, con piedras más grandes y mejores carreteras. Seguimos avanzando por la E-6 noruega cada vez más cerca del mar, cada vez más frio y cada vez más lluvia. A eso de las 2:30 paramos a comernos la que comienza a ser la comida oficial de nuestro viaje: perrito y refresco en una gasolinera. El sitio era bastante “frio”, en todos los sentidos, llueve nos estamos comenzando a quedar helados. Paramos un poco después aquí, y nos refugiamos en unas tiendas de campaña Sami un ratillo. Se ven bastantes poblados de este tipo por las inmediaciones de la carretera y siempre es una experiencia gratificante pararse a tomar un café caliente por estos lares.



Nos enfundamos el traje de agua, los chalecos de alta visibilidad (la lluvia es fuerte a estas alturas) y seguimos hacia nuestro destino. A la entrada del túnel que da acceso a la isla donde se encuentra el promontorio de Nordkapp paramos a echarnos una foto. Acaba de escampar un poco y nos da pena no haber disfrutado más de la preciosa carretera costera pero la lluvia no nos ha dejado hacerlo, al menos nos deja echar la foto y hacer cola en el peaje del túnel sin mojarnos.




 
45 km más, 20 € de pago a la entrada del complejo, temperaturas de hasta -6 º… y ya estamos en nuestro destino. Increíble, más de 5.500 km nos separan de nuestra casa, siete días de viaje duro, sólo para “rocosos” pero, ya lo tenemos:

 







Tras mil y una foto en la famosa “bola”, el complejo, comprar pegatinas, un llavero y tomarnos otro café salimos a la explanada donde habíamos dejado las motos y nos encontramos con estos trastos alemanes.
Habían llegado también en una semana, cierto que desde Alemania, pero en estos trastos que deben de ser la mar de cómodos para viajar.




 
Tras salir del complejo nos dirigimos a Skarsvag, el pueblo con el camping, el hotel y el puerto pesquero situado más al norte del mundo. Aquí casi todo tiene el cartel de “Nordest…”




Tras desistir por falta de espacio en el “Tourist-hotel”, un hotelito con bungalows que hay a la entrada) muy chulo y con pinta de cómodo) nos alojamos en un pequeño hotelito que hay al final del puerto.
Fuimos a cenar y a tratar de ver el partido de España-Alemania, presentimos algo de expectación pero el caso es que los tres sitios que hay abiertos en el pueblo están llenos. Nos toca andar 2 km. hasta el hotel donde no nos habíamos podido quedar y tras una hora y media de espera no dan de cenar por el módico precio de 1.150 Kr. (unos 125 €) por dos cervezas y un platillo de pescado típico de la zona hervido con vegetales…. Esto es Noruega.
Gana España 1-0 y cuando salimos, a eso de la 1:30 de la madrugada ha salido el sol y disfrutamos del espectáculo del sol de medianoche. La luz es como si fueran las 7 de la mañana y la temperatura debe rondar los 0º.

 







A eso de las 3, tras subir a ver el sol al promontorio del final del puerto, nos vamos a dormir con ¡los deberes hechos! PRUEBA SUPERADA.
Ya sólo nos queda la bajada por Noruega y los fiordos…

 


Y los renos comiendo a estas horas…. Esta luz acaba con cualquiera.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Cabo Norte VIII: Día 6 Umea - Rovaniemi

Día 6:

6 de Julio de 2.010: Umea - Rovaniemi

Datos de día.
  • Km totales: 533
  • Tiempo invertido: 6.5 horas
  • Coste carburante: 52 €
  • Coste Cabaña: 79 €

A las siete de la mañana nos levantamos, vuelve a acompañarnos la luz que nos había amenizado la noche… pusimos la ropa de moto y las toallas en las ventanas porque no tenían cortinas, aun así entraba luz por " las rendijas”…. absurdo pero cierto.
Cargamos las motos, consumimos nuestro segundo café soluble…. ¡ya quedan menos! Y un bollito que habíamos comprado el día anterior porque el super no abría hasta las 10:00, ¡Ahí es na!
A las 8:00 salimos hacia Rovaniemi. Esto ya era algo serio: Círculo polar, Papa Noel, Renos… uf!, ¡Qué nervios! Seguíamos recorriendo la espléndida E-4, a ratos autopista, a ratos desdoble de carril… la velocidad media sigue siendo alta y el paisaje… aburre de tanto abeto, pino, lago… es una orgía de naturaleza. Llega incluso a ser monótono porque es muy llano, rectas inmensas, carreteras aburridillas porque no se puede ver mucho por la altura de los árboles y gasolineras sin nadie que las atienda. Volvemos a parar a echar gasolina en una estación fantasma de este tipo y… mi Visa no funciona. Ya empiezo a estar mosca, a veces va, a veces no… sin embargo la de Javi funciona y nos permite llenar y seguir hacia la frontera con Finlandia.

Tras la parada de rigor en la frontera e inspeccionar la cantidad de mosquitos que pueblan estos lares continuamos nuestra hacia Rovaniemi por carreteras igual de buenas.



A eso de las 14:00 llegamos al centro de Rovaniemi, con adelanto frente a lo esperado y en busca de un camping o unas cabañas para soltar los trastos, comer e irnos a las instalaciones que hay montadas a la salida de la ciudad y en las que se aloja la casa de Papa Noel (una de ellas) y el paso geográfico de la línea que da inicio al Círculo polar Ártico. Sabemos que es una turistada pero… ¡Qué pasa!, yo quiero enviarle un regalo a mi hijo desde la oficina de correos que hay en el complejo de Papa Noel y, por supuesto, lo de estar en el círculo polar también nos molaba, así que, no había más que hablar.

Hay un camping muy cerca del centro de la ciudad, cerca de un arroyo, pero no tiene cabañas. Al dar la vuelta nos damos cuenta de que el suelo está inclinadísimo hacia la izquierda y, la moto de Javi coge camino hacia allá y…. Sin consecuencias materiales aunque con la cara desencajada porque salió a ayudarnos hasta la señora del camping…. ¡Cosas que pasan! La misma señora nos indica un complejo hotelero a las afueras, no muy lejos del centro, que fue donde finalmente nos quedamos.

El sitio en cuestión está justo debajo de los trampolines de salto de esquí (deporte nacional) y parece que su actividad está centrada en la nieve. El complejo consta de un hotel (cerrado) una zona de servicios –supermercado, cafetería, restaurante,… (cerrados)- y una recepción inmensa (abierta). Por unos 79 € tenemos una cabaña con una decoración muy moderna, dos habitaciones, Tv de plasma, chimenea y… ¡Sauna!

Las motos en la puerta, a la sombra porque en realidad hace calorcillo. De repente nos damos cuenta que estamos cambiándonos y vaciando maletas con intención de irnos a comer, ya que son las 15:00, y ver el complejo de la casa de Papa Noel. Definitivamente, el cansancio inicial ha desaparecido. Pensamos que eran los kilómetros hechos estos días, muchos menos que los hemos hecho por día en Centro-Europa, las horas de moto, muchas menos también, la temperatura más baja… no sabíamos por qué pero nos sentíamos frescos aunque más adelante comprobaríamos cuál era la clave del cansancio.
En media hora estábamos en el complejo de Napapiiri, es un sitio gracioso, ciertamente muy enfocado al turismo pero tiene su aquel, como hacerse la foto en el Ecuador o en cualquier otro hito geográfico.
Comimos en el bar del complejo, nada recomendable, una sopa y salmón (si hubiéramos sabido que llegaríamos a estar cansados del salmón), un par de cervezas y café por unos 25 € (los dos) No está mal de precio pero no esperéis comer más que para saciar un poco el hambre.
Nos pasamos por la oficina postal de papa Noel a hacer el envío para mi hijo. El ambiente en invierno, con nieve, tiene que ser muy divertido para ir con niños. Todo el mundo vestido de Elfo/a, incluidos los funcionarios de la oficina de correos
En el complejo es dónde puedes hacerte las típicas fotos de “viaje a Cabo Norte”:
El palo con las distancias:
En el trineo de Papa Noel:
En la línea del Circulo Polar:
En el sillón de papa Noel:
En el cartel del complejo escrito en todos los idiomas que se sabía el que lo hizo:
Hay para todos los gustos. En general echamos un buen rato de asueto paseando por los alrededores, hay una zona con un poblado sami, típico de Laponia. También muy turístico pero gratis y, al menos cuando estuvimos nosotros, vacío. Valga una muestra...

Después del “tour Polar” volvimos a disfrutar de los parabienes de una sauna y un rato de relax. Tratamos de buscar en la tele información del tiempo para los siguientes días –la Blackberry que llevábamos no encontraba una red disponible por ningún sitio- El resultado fue indeterminado porque estábamos en Finlandia pero… mañana estábamos en Noruega y, apareció Cabo-Norte pero en general vimos nubes, aunque también sol y un gran lío idiomático (llegamos a entender al locutor decir “se escurre la moto” cuando, con toda seguridad decía otra cosa y, parecía estar vinculado a la lluvia)
El cansancio había desaparecido por completo, eran las 19:00 h. más o menos y fuimos a un supermercado a comprar algo para cenar. Unos 25 € cena para dos a base de salmón, chorizo de reno, ensalada, pan, unas cervezas y zumo y unos bollitos para desayunar al día siguiente. No nos pareció caro para lo que esperábamos… lo mejor estaría por venir en Noruega.
Tras volver de “la compra” decidimos irnos a dar una vuelta por el complejo de trampolines que teníamos detrás de nosotros. Haciendo un poco el “cabra” nos subimos hasta lo más alto del trampolín más alto…
Los tejadillos rojos que se ven entre los árboles son las cabañas donde estábamos. Las vistas son tan espectaculares que no tiene palabras. Todo, todo, absolutamente todo es verde. Las ciudades se pierden entre los árboles y además es bastante plano con lo que la impresión es la de estar ante un mar de árboles.
Volvimos a las 11:00 de la noche y aún era de día… tras cenar comenzamos a pensar que a la vuelta podríamos variar el itinerario y pisar Holanda, Luxemburgo, Bélgica y Francia. Para nuestro entretenimiento de… “pasar fronteras” y hacernos una foto en cada una de ellas.
Tras cenar los nervios nos acompañan preparando la llegada mañana a Cabo Norte, tras las dudas iniciales y los cansancios extremos de los primeros días ya casi lo teníamos a la mano. Miramos un rato el mapa de Europa, dijimos varias veces ¡Jo..r qué lejos estamos de casa! Y nos acostamos con la miel en los labios.

lunes, 12 de marzo de 2012

Cabo Norte VII: Día 5 Estocolmo - Umea

DÍA 5:
5 de Julio 2010. ESTOCOLMO – UMEA
Datos del día:
  • Km. totales: 668
  • Tiempo invertido: 8 horas
  • Coste carburante: 558Kr. (60 €)
  • Coste camping: 650 Kr. (70 €)

A las 7:00 de la mañana nos levantamos y, tras la ducha y recogida nos vamos a desayunar, ¡que entra en el precio! La variedad del buffet no era excepcional pero desayunamos como si fuese la última comida que íbamos a hacer en todo el día.
Cargamos las motos, que estaban donde las dejamos, aparcadas a la sombra de unos árboles justo enfrente del hotel. Y a las 8:45, sí, sí, casi dos horas después de levantarnos (hoy vamos con calma) salimos hacia el primer destino que ya identificábamos como “Cabo Norte”. Hasta ahora estábamos, cómo diría, viajando por Europa… de aquí para arriba pensábamos que sólo irían quienes quieran subir hacia Cabo Norte.
Las vías rápidas noruegas son curiosas. No es autopista ni autovía, hay tres carriles para los dos sentidos de la circulación. Durante espacios, que podrían llegar a los 10 km., un sentido disponía de dos carriles y el otro sólo uno. El caso es que la velocidad media es alta, la nuestra porque los suecos no apuran más allá de 110 km/h aunque los hay rápidos y en general son muy educados en la conducción, no se asustan por que vayas más rápido y si pueden facilitan la tarea.
El único pero … los cables “quitamiedos”.
Los había a la derecha......................................................................
y a la izquierda.............................................................................
Aunque a mí, la verdad, no me llegaron a agobiar demasiado, me acabé acostumbrado, pero a Javi le ponían un poco nervioso.
El viaje transcurría tranquilo, las carreteras eran mucho más rápidas de lo que nos habíamos planteado en un inicio y con menos de 700 km. la ruta iba a ser hoy también más dencansada.
Poco a poco vamos recuperando el ánimo, ya nos vemos muy cerca de Cabo Norte, el cansancio inicial casi ha desaparecido por completo, vemos nuestro objetivo más alcanzable.
Una parada para echar gasolina en una gasolinera sin personal que la atendiera, sólo surtidores con prepago de tarjeta, y mi Visa me vuelve a dar problemas. Menos mal que me acepta la Maestro pero, en el momento de ir a bajar la moto del caballete, el asfalto desaparece bajo el peso de la moto cediendo hacia los surtidores. La moto se inclina y sólo pueda frenar la caída para que no haya demasiado estropicio.
Arañazo al top case -como puede apreciarse en la foto anterior- y espejo con un rasponazo. No es mucho para lo que podría haber sido, un soporte de maleta, manetas,… Lo curioso es que por lo visto es un fenómeno relativamente frecuente. Tras los hielos invernales los asfaltos mal mantenidos, o sin mantenimiento, pueden, literalmente, desgranarse.
Paramos a echarnos las típicas fotos de viaje y, a eso de las dos de la tarde, a unos 120 km. de Umea, paramos en una gasolinera a comernos nuestro…. habéis adivinado, ¡perrito! con un refresco.
Las gasolineras aquí son más que gasolineras. Venden casi de todo, algunas tienen supermercado, pero los perritos con algún complemento son bastante baratos y para hacer una comida de viaje, valen.
Justo en el momento en que nos estábamos preparando para salir aparecen dos Gold-Wing españolas, una con “zapatilla” (Side-car). Al ir hacia ellos, acababan de llegar y todavía estaban casi montados en las motos, vemos que sale del sidecar una niña, pequeña, muy pequeña y la que parecía ser su madre. Sorprendidos, nos comentaron que la pequeña “Andrea” tenía 22 meses. ¿El destino de las dos parejas y la niña? Cabo Norte. Habían salido desde Tarragona y preparaban un mes de viaje por la península escandinava.
No hicimos ninguna foto pero… el destino hizo que volviéramos a coincidir en una situación única. De aquel encuentro sí guardamos recuerdo gráfico.
A las cinco de la tarde llegamos al First Camp Umea. El camping está lejos de la ciudad, no se puede ir andando. El autobús tarda en llegar una media hora escasa pero la frecuencia de paso no es muy elevada. Sin embargo el Camping es muy bueno. Las cabañas no son excesivamente baratas pero sí muy espaciosas, bien equipadas, limpias y en un entorno bonito.
El viaje a Umea para cenar nos lleva más de una hora, la ciudad es…. ¿cómo decirlo?, ¡Nueva! La mayoría de los edificios parecen no tener más de treinta años. Es como un decorado de Hollywood pero vacío. Muy poca gente por la calle y eso que aún son las ocho de la tarde. Una imagen vale más que mil palabras.
Cenamos en un Pub unas hamburguesas, bastante buenas y charlamos un rato con el camarero. Hablaba español con acento colombiano y nos sorprendió bastante ya que no tenía mucha pinta de ser de allí. El caso es que trabajaba seis meses al año en un barco pesquero y compartía camarote con un marinero colombiano. Tras indicarnos lo agarraos y lo mal que comen los noruegos… ¡Qué se va a esperar de un país donde hay más renos que personas! Nos dijo…. Y dejar clara la rivalidad existente con sus vecinos ricos decidimos iniciar el regreso hacia el camping.
Esta era la luz a las 12:00 de la noche. Hay mosquitos, ¡Y pican!, estamos en un Hitter ¡Sin cortinas! Y la luz entra por todos los lados. Definitivamente, esto comienza a parecerse a lo que hemos leído en tantas crónicas.

domingo, 11 de marzo de 2012

Cabo norte VI: Dia 4 Copenaghe - Estocolmo

DÍA 4
4 de Julio 2010. COPENAGHE – ESTOCOLMO
Datos del día:
  • Km. totales: 685
  • Tiempo invertido: 9 horas
  • Coste de carburante: 53 € cada moto
  • Coste del hotel: 110 €
  • Peajes: Puente de Malmo, 15 € cada moto (139 Kr.)
Son las siete de la mañana, el sol ya luce con fuerza y lleva toda la noche entrando claridad por las ventanas. Aun así, hemos dormido bien y no acusamos mucho el cansancio acumulado ni el añadido por las pocas horas de sueño – unas cinco-. Tomamos un café (estrenamos los sobres de café soluble que traigo conmigo desde Sevilla, ¡aún quedan 28!) y en la tienda del camping, muy poco surtida, compramos un bollito y un litro de zumo. Desayunamos, cargamos las motos y a las 7:40 salimos rumbo a Estocolmo.
Se prevé una etapa corta, unos 700 km, que a estas alturas nos parece una distancia muy razonable. Sin embargo, nos preguntábamos cómo serían las “autopistas” suecas. Sabemos que el límite son 110 y hemos leído sobre los controles de policía y su costumbre de “hacerte pasar por caja”. Pero lo primero que teníamos por delante era el puente de Malmo. En realidad una sucesión de una pequeña península artificial, unida a una isla y unida a un puente de 7,6 km. de longitud que une Dinamarca con Suecia a través del mar.
La sensación al atravesar el puente es extraña, sabes que estás sobre el mar pero no llegas a percibir la magnitud de la estructura. Sólo desde algúnos ángulos del inicio se aprecia ligeramente el verdadero tamañodel puente.
Tras una breve pelea de nuestras “Isabeles” (el nombre de la voz elegida en nuestros navegadores), no serría la primera ni la última, llegamos al puente. Es curioso que dos navegadores de la misma marca, con cartografía idéntica, no te lleven a los sitios por el mismo camino ni te den hora prevista de llegada idéntica.
Antes de acceder al puente propiamente hablando hay que "pasar por caja", previo pago de 139 Kr. (unos 15 €) puedes atravesar la frontera entre Dinamarca y Suecia que está en medio del mar.
El cartel de la frontera señala, como es obvio, Dinamarca por un lado y Suecia por otro. Paramos en la misma frontera a hacernos unas fotos y continuamos el camino. Bordeamos Malmo y seguimos por la E-20 hacia Estocolmo. Los primeros kilómetros por tierras, y carreteras, suecas nos parecieron… normales. Casi nadie va por encima de 110, la presencia policial parece normal (no vimos ni un coche de policia) y los radares están señalizados y ¡están de frente!
Sin embargo, llevando unos 150 km. aparecen en los laterales de la carretera los famosos quitamiedos suecos. Una imagen vale más que mil palabras. Son tres tiras de cable unidas por postes metálicos con unos bordes que dan miedo.
A eso de las dos de la tarde paramos a comer en una gasolinera de la autopista. La típica “comida” de viaje, perrito y refresco. Comenzamos a sentir un poco de “dolor de posaderas”. El hecho de casi pasarnos el desvío y girar rápido en el último momento produce una pequeña "chispa" entre nosotros. Nos empezamos a dar cuenta de que el cansancio va disminuyendo y no aumentando - cosa que achacamos a la menor temperatura (hace calor pero es muy soportable) pero también nos percatamos que los ánimos no están tan templados como suelen estarlo entre nosotros. Son 24 horas al día juntos y el agotamiento hace que estemos más susceptibles.
Mientras "degustábamos" nuestra comida sueca, de la que os aseguro llegareis a estar hartos ya que en toda Noruega no vais a poder mucho más, llegaron un grupo de moteros suecos con goldwing, y similares, y mantuvimos una agradable charla con ellos.
Gracias a nuestros conocimientos de inglés (Javi es prácticamente bilingue y yo me defiendo con dignidad) podemos entendernos ya que casi todo el mundo por estas latitudes domina bastante bien este idioma. Nos llamó mucho la atención el remolque que llevaban algunas de las motos. Se puede decir que casi viajaban con toda la casa a cuestas…. Aunque ya los habíamos visto otras veces, sobre todo en centroeuropa, nos estuvieron comentando que una vez en marcha apenas se nota (supongo que gracias al par motor que llevan) y que en Suecia los han prohibido, salvo para los que ya los tienen. Este grupo venía de Malmo, donde por lo visto, había habido una concentración internacional del club Goldwing y llevaban en el remolque todo lo necesario para 15 días de camping... igualito que nosotros.
Tras la charla y la "comida" seguimos nuestro camino, muy cómodo y tranquilo, y a eso de las cuatro de la tarde, con más de 30 ºC y tras otra pelea de nuestras Isabeles que casi nos hace perdernos el uno del otro, llegamos al hotel que teníamos reservado en Estocolmo, nuestra última reserva de las dos que hicimos (la otra fue la de Copenaghe). El hotel en sí es un barco anclado en pleno centro de la ciudad. Algo viejo y de habitaciones tamaño camarote de tripulaciónpero está situado muy céntrico.
Nos dimos una ducha en la habitación, curiosamente el baño es idéntico a un baño de autocaravana o de velero, muy estrecho pero a nosotros la ducha nos sienta de maravilla. En unos diez minutos andando estamos en la parte más céntrica de Estocolmo. La ciudad es bonita, con un ambiente variado – incluso con trazas de ser algo peligroso en algunos sitios – cosa que nos llama la atención. Tenemos toda la tarde por delante y la dedicamos a hacer algo de turismo y disfrutar de “las vistas”, que en algunos casos son bastante exóticas.



Así estuvimos apreciando el paisaje.......
y el paisanaje....................................


Tras las típicas compras de turista, imanes para el frigo, pegatinas con las banderas de Suecia, etc...acabamos cenando en un restaurante bastante céntrico y probamos el arce, que por cierto está muy bueno, más que el reno. A eso de las 11 de la noche volvemos al barco-hotel, nos tomamos un par de cervezas en la cubierta preparando el día siguiente y nos vamos a dormir.